Terapia Visual

La ambliopía, u ojo vago es la disminución de la agudeza visual sin que exista ninguna lesión orgánica que la justifique. Esta anomalía suele descubrirse en la infancia y su mejor tratamiento pasa por la utilización de compensaciones ópticas (gafas y/o lentes de contacto) si ha lugar y por una terapia visual personalizada. Cuanto antes se empiece el tratamiento, más fácilmente se obtendrán resultados. Lo normal es que recupere el 100 % de la agudeza visual y -si hace el tratamiento y el mantenimiento convenientemente- que no vuelva a perderla.

La fusión visual es a nivel perceptual como “el pegamento” que une las imágenes de los dos ojos para ver de forma haplópica (no doble), y para percibir también la ubicación en el espacio de lo que se está mirando. La fusión está bien cuando están en la norma sus tres grados, en el espacio y en el tiempo.

Los mejores tratamientos para la recuperación de un ojo vago no se ocupan sólo de recuperar la agudeza visual de ese ojo, si no también de las funciones monoculares, la fusión y demás funciones binoculares para que, una vez recuperada la buena visión, no vuelvan a perderla.

La fusión sigue una ley periférico-central: primero se ha de aprender a fusionar en la periferia, donde la agudeza visual normal es más burda (en la periferia se forjan los cimientos de una buena fusión)  después en la zona intermedia y al final en la central  donde la agudeza visual es más fina.

Mientras se está ocluyendo un ojo, se está destruyendo, la percepción binocular  y sin binocularidad es más probable que aunque se recupere la visión del ojo malo tapando el bueno, al destaparlo vuelva a perder su capacidad de ver bien por uno de los ojos.

Por el motivo descrito en el párrafo anterior, en Confort Visión, casi nunca se recomiendan las oclusiones (parche en el ojo bueno por el que no entra apenas luz)  si acaso se recomiendan las obturaciones (parche en gafas de modo que el ojo bueno permanece abierto con percepción periférica) y casi nunca más de 2 horas al día.

En cambio se trabaja la acomodación (amplitud y flexibilidad) del ojo malo que no ha desarrollado convenientemente mientras fue ojo vago y demás funciones monoculares, hasta que esté en las mismas condiciones que el ojo bueno; y se trabaja fundamentalmente la fusión y demás funciones binoculares para que, una vez recuperada la agudeza visual del ojo malo, la unión perceptual sea lo suficientemente fuerte para que no vuelva a perder agudeza visual.

Recuperar un ojo vago no es sólo conseguir que vea el 100 % si no también que, una vez recuperado, no haya recaídas y es fundamentalmente que consiga una visión plena que le proporcione un buen rendimiento y confort visual, lo que puede ser de suma importancia para la calidad de vida de una persona.

Olga Esteban Fdez.

Directora de Confort Visión COA

info@confortvision.com

En el siguiente vídeo se muestra cómo se realiza uno de los ejercicios que potencian las funciones binoculares.

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