Detrás de las malas notas de muchos escolares se esconden problemas visuales. Detectarlos y tratados permitirá mejorar su rendimiento académico

Un bajo rendimiento académico no mejora con más horas de estudio, con profesores particulares o regañinas y castigos por parte de los padres. Quizá es el momento de plantearse que a lo mejor no es mal estudiante, sino que puede tener problemas de percepción visual.

Los datos son claros: hasta un 30 por ciento del fracaso escolar puede tener su origen en posibles problemas de visión, según datos de la Fundación del Instituto Español de Ciencias Visuales.

La vista es el sentido más importante de las personas, ya que a través de los ojos nos llega hasta el 83 por ciento de la información que recibimos. Por eso no es de extrañar que un problema de vista pueda reflejarse en las actividades diarias, incluidas las escolares.

La optometría detecta los probelmas y el entrenamiento visual permite desarrollar las capacidades visuales que son más habituales en los niños de lo que se podría imaginar.

La terapia visual proporciona al niño la oportunidad de aprender a usar su visión de la manera más eficiente;  la mayor parte de las dificultades en el aprendizaje de los niños se deben a un pobre desarrollo de las habilidades visuales.

Para hacer frente y mejorar el rendimiento académico de los menores con este tipo de problemas, se ha de estimular sus habilidades visuales, con lo que  se consigue mejorar los niveles de lectura y escritura y con ello, del aprendizaje.  También puede mejorar  su concentración,  su capacidad de atención…  y consecuentemente sus resultados académicos.

Si un niño tiene problemas para leer, parpadea en exceso, invierte palabras, tiene poca concentración, mala coordinación o sufre dolores de cabeza, puede sufrir problemas visuales  por lo que es conveniente consulte a  un Optometrista especializado en terapia visual para que le hagan un estudio completo, lo que es mucho más que graduarle la vista, porque un niño (o un adulto) puede tener una buena vista y tener mal rendimiento visual.

Los expertos destacan que el entrenamiento visual es efectivo para resolver problemas como la ambliopía, conocida comúnmente como ojo vago, así como movimientos oculares deficientes, mala capacidad de enfoque y coordinación de los dos ojos, ojos desviados (estrabismo), fatiga visual, baja velocidad y comprensión lectora, entre otros.

A través de la terapia visual se puede mejorar el rendimiento visual (incluye la coordinación ojo-mano etc.) con lo que pueden mejorar considerablemente muchas áreas de la rutina diaria: desde los resultados escolares hasta el comportamiento en casa, pasando por el deporte y también la autoestima.

IMPORTANTE: Este tipo de terapias deben ser planificadas y realizadas  de forma individual,  teniendo en cuenta las necesidades específicas de cada paciente.  Los tratamientos más eficientes son los personalizados.

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